El IPC de mayo rondó el 9% y, si bien se espera un mínimo alivio para junio, economistas advierten que la inercia puede acelerar aún más por el dólar preelectoral.

La inflación de mayo se ubicaría entre 8,5 y 9,2%, según distintas estimaciones privadas, y volvería a sostenerse por encima del 8% en junio. Los economistas coinciden en que la inercia ya se acomoda en torno a ese valor, pero no descartan que una nueva corrida cambiaria preelectoral genere un nuevo piso, más alto, en el Índice de Precios al Consumidor.

Una serie de subas estacionales y el impacto del aumento de tarifas contribuyeron a la aceleración del IPC de mayo, junto con el efecto pleno de la suba de los dólares paralelos de fines de abril. Los alimentos, que subieron casi 9 puntos más que el IPC general entre enero y abril, según el Indec, avanzaron 7,8% promedio mensual en cuatro semanas de mayo, según la consultora LCG.

Todos los consultores midieron cierta desaceleración en la segunda quincena. Pero, para Eco Go y otras firmas, el índice también registra un incremento fuerte en las comidas listas para llevar o para consumir fuera del hogar, lo que ubicaría el dato más sensible de la canasta básica en torno al 9% mensual. C&T midió algo similar, con un fuerte impacto de lácteos, aceites y harinas, con subas en torno al 10%, verduras alrededor de 12% y comidas elaboradas.


A eso se suma el impacto de las tarifas en electricidad y gas, producto del último aumento y de la quita de subsidios a los hogares de mayores ingresos. "Probablemente, la inflación se encuentre más cerca del 9% que del 8%" el impacto de "los ajustes en las tarifas de electricidad y gas, transporte público en el AMBA, peajes, prepagas, servicio doméstico, encargados de edificio y colegios", indicó Ecolatina a mitad de mes. Para Analytica, mayo cerraría en torno a 8,9% por el impacto de las tarifas en una dinámica ya desatada.


Si Eco Go espera un IPC de 9,2%, otras estimaciones se encuentran algo por debajo. La consultora C&T estimó que el índice preliminar estaría en 8,7%. A la suba de alimentos, se suman incrementos en juguetes y otros productos posiblemente atados al dólar paralelo -por falta de acceso al mercado de cambios oficial o efecto expectativas- y, otra vez, aumentos de 8% en turismo y restaurantes. Para Equilibra, el dato preliminar rondaría el 8,5%, con subas generalizadas en todos los rubros.

 

 

Martín Kalos, director de la consultora Epyca, aseveró que el país atraviesa ya un régimen de alta inflación. "Estos próximos meses, con suerte, se estabilizarán en los niveles que se ven desde abril, porque estamos en un régimen de alta inflación en el que la inercia es casi total y toda la inflación entra rápidamente en la renegociación de contratos, en la actualización de precios cada vez más frecuente, en las indexaciones y las expectativas", dijo el economista.

"Las regulaciones cambiarias sostienen la alta inercia, porque las empresas acceden a dólares oficiales a partir de los 90 días, o más, y tienen en cuenta el riesgo de devaluación a la hora de fijar los precios de hoy. La incertidumbre electoral en materia cambiaria también obliga a las empresas a tomar precauciones", analizó Kalos.

En Equilibra también estimaron una leve desaceleración para junio, a un valor de 8%. Pero Lorenzo Sigaut Gravina, director de esa firma, advirtió que ese escenario "supone cierta estabilidad cambiaria".

Según el último informe de Latinfocus, los analistas esperan para 2023 una inflación de consenso de 121,1%. Pero Eco Go proyectó un IPC de 163% y otras firmas, como Ecolatina o Equilibra, vislumbran entre 130 y 140% de variación de precios.